En este caso el desafío no estuvo en la creación de la marca, sino en el diseño de toda su identidad visual. Desde el manual de marca hasta el diseño de carpetas y tarjetas institucionales, siguiendo por el trabajo en sus redes sociales, siempre marcando un tono disruptivo, moderno y a la altura de los proyectos que Mikko lleva adelante.
En las redes sociales se trabaja día a día en generar una estética unificada, que cambia dependiendo de cada proyecto pero que mantiene un hilo estético en común que responde al sistema Mikko.
Para todas las piezas institucionales se jugó con los elementos del logo, con la nueva paleta de colores y con estructuras dinámicas fusionadas con fotografía.
Hoy Mikko tiene una identidad sólida, bien definida y capaz de funcionar por sí sola.